¿REPETIR O NO REPETIR CURSO?

La repetición de curso es una medida que sigue generando debate en el ámbito educativo, sobre todo cuando se trata de alumnos/as con necesidades educativas especiales. En estos casos, la decisión se vuelve aún más delicada y debe ser analizada más detalladamente.

¿Qué implica repetir curso?

Repetir curso significa permanecer un año más en el mismo nivel educativo con el objetivo de consolidar aprendizajes que no se han alcanzado. Esta medida, aunque común, no siempre responde a las verdaderas causas de las dificultades escolares, especialmente cuando hablamos de niñas y niños con Síndrome de Down. 

Posibles beneficios de repetir curso:

1. Más tiempo para afianzar aprendizajes.  En algunos casos, disponer de más tiempo puede permitir afianzar contenidos clave que no se han consolidado.

2. Maduración personal. El paso de un año puede favorecer la maduración emocional, la autorregulación o el desarrollo de habilidades sociales. 

3. Refuerzo de la autoestima. Siempre que la repetición se plantee desde una mirada respetuosa y con apoyo emocional.


Riesgos y desventajas de repetir curso:

1. No atiende a la raíz de las dificultades. En alumnado con necesidades educativas especiales, muchas veces las barreras son de acceso o de metodología. Repetir no resuelve la falta de adaptación curricular, la ausencia de apoyos o la falta de recursos.

2. Impacto emocional y autoestima. Puede generar frustración, vergüenza o sensación de fracaso, especialmente si el alumno/a percibe la repetición como un castigo. 

3. Ruptura de vínculos sociales. Cambiar de grupo puede suponer perder amistades, afectando al bienestar emocional y la participación en el aula.


¿Qué deberíamos priorizar?

Antes de tomar esta decisión, es fundamental:

- Evaluar si se han aplicado ya todas las medidas ordinarias y específicas de apoyo.

- Revisar la adecuación de los materiales y metodologías al perfil del alumno/a en concreto.

- Contar con la opinión del equipo de orientación, el profesorado, la familia... y, por supuesto, escuchar al propio alumno/a.

- Valorar alternativas como los intensificar apoyos, realizar ajustes metodológicos y elaborar materiales adaptados. 


Entendemos que recibir esta noticia puede generar preocupación, dudas e incluso sentimientos de tristeza, pero detrás de una decisión de este tipo hay un estudio exhaustivo de la situación, el entorno y el alumno/a. 

Por ello, es importante aceptar la situación con serenidad, preguntar al centro educativo por las razones concretas, colaborar con el profesorado y los equipos de orientación y sobre todo, anticipar con tiempo y calma la situación validando en todo momento las emociones del alumno/a.





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