Mitos sobre el Síndrome de Down
Existen muchos mitos y creencias falsas sobre el Síndrome de Down.
Hoy, queremos desterrar todas esas ideas erróneas que existen.- El Síndrome de Down es una enfermedad. NO es una enfermedad, es una alteración cromosómica que se produce de manera espontánea en la mayoría de los casos. Las personas con Síndrome de Down presentan un cromosoma extra o una parte de él, normalmente en el par 21. En lugar de tener 2 cromosomas, tienen 3.
- Las personas con Síndrome de Down se parecen entre sí. Todos somos únicos. Recibimos la herencia genética de nuestros progenitores, por tanto, nos parecemos a ellos, si bien es cierto que las personas con Síndrome de Down comparten una serie de rasgos físicos como los ojos rasgados, orejas pequeñas..., que dependiendo de la persona, están más o menos acentuados.
- Muchas personas hablan de grados en el Síndrome de Down. NO existen grados, cada persona es diferente y el desarrollo es distinto. El contexto, además, juega un papel fundamental. La mayoría de las personas con Síndrome de Down pueden llevar una vida normalizada, trabajar, manejar dinero, vivir en pareja, etc.
- Las personas con Síndrome de Down son agresivas o tienen problemas de conducta. Los problemas de conducta no son inherentes al Síndrome de Down, pueden estar presentes también en las personas sin discapacidad. Su comportamiento es idéntico al resto de las personas. Pueden, como todos, establecer relaciones de amistad y afectivas.
- Las personas con Síndrome de Down son muy cariñosas y afectivas. Las personas con Síndrome de Down tienen sentimientos, como todos, y cada uno lo exterioriza de distinto modo. No hay datos objetivos que demuestren que las personas con Síndrome de Down son más afectivas.
- Las personas con Síndrome de Down se comportan como niños. Las personas con Síndrome de Down pasan por las mismas etapas de desarrollo que todos. Es por ello, un error tratar a las personas adultas con Síndrome de Down como niños/as. Debemos considerarlos como lo que son en cada etapa: niños/as, adolescentes, adultos/as...
- Las personas con Síndrome de Down no pueden aprender. Es cierto que su ritmo de aprendizaje es más lento y por ello, imprescindible recibir una estimulación adecuada que potencie al máximo sus capacidades y dotarles de recursos y herramientas ajustadas a su estilo de aprendizaje.La capacidad de aprender persiste toda la vida para todas las personas.
- Las personas con Síndrome de Down tienen una esperanza de vida muy corta. La esperanza de vida de las personas con Síndrome de Down ha aumentado en los últimos años. Ronda los 65 años, una cifra que sigue en aumento gracias a los avances en medicina.
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